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levante

lunes, 11 de febrero de 2008

lunes, 24 de diciembre de 2007

lunes, 19 de noviembre de 2007

"Me gustaría que los jugadores fueran más generosos con sus compañeros"


Ya se le ha pasado la tristeza que le embargó por la decepción de Valladolid?
-Soy una persona que nunca baja los hombros. Tengo mucho carácter pero es cierto que en el partido de Valladolid pensaba que los jugadores podían hacer mucho más de lo que hicieron desde el punto de vista técnico y tras el resultado es normal que estuviera abatido.


-Luego se recuperó al menos con la victoria de Copa ante el Almería.
-Eso de estar abatido lo acuso durante una hora, las 23 siguientes tengo el mismo optimismo de siempre.


-¿Ve realmente solución a esto?
-Creo que sí tiene solución y eso es el pensamiento que quiero inculcar a todos, que se puede solucionar esta situación porque si todos pensamos en negativo, te mata.


-El problema es si llegan a enero con pocas esperanzas.
-Nuestra necesidad ahora es la de hacerlo todo bien y llegar a enero vivos para mejorar en la clasificación y reforzarnos.


-Las matemáticas no engañan. Lo tienen todo en contra.
-Lo sé, lo sé. Vivo también de los números. En Italia se han producido muchas circunstancias. Por ejemplo, equipos que no ha conseguido nada importante durante el campeonato resulta que llegan a los tres últimos partidos y son capaces de hacer nueve. Ahora pienso en esos 38 que pueden servir para salvarse.


-¿Es creyente?
-Sí.


-¿Necesita un gran milagro?
-Los milagros son necesarios para cosas importantes como salvar la vida de alguien. Lo verdaderamente importante es darse cuenta del esfuerzo que se realiza, si luego no llega recompensa es otra cosa.


-Usted dijo cuando llegó que si se ponía a hablar de los errores, estaría toda la noche hablando. ¿Todavía lo estaría en la actualidad?
-A nosotros nos matan los errores defensivos, eso hundiría a cualquier equipo. El resto de rivales tienen mucha más confianza que nosotros. En la Copa nos volvió a pasar pero al menos vimos una pequeña respuesta.


-¿Realmente le ha servido para algo ese partido ante el Almería?
-Para mí era importante valorar también a los jugadores que no estaban jugando desde hace mucho porque pierden las condiciones. Quería saber cuánto pueden contribuir al equipo.


-Usted ha detectado que la moral del grupo está bajo pero también ha lanzado alguna crítica hacia la condición física. ¿Cómo está ahora?
-Quiero hacer una puntualización sobre quien ha trabajado antes que yo. Ellos habían trabajado mucho desde el punto de vista físico, tenían una base importante pero a mí me hace falta que los futbolistas tengan la capacidad para cambiar rápido de ritmo, ¡pum, pum, pum!.


-¿Le queda mucho para llegar a lo que usted quiere?
-Estamos cerca. Hoy en día todos sabemos que el fútbol es un deporte de mucha agresividad, de rapidez, de trabajo, de intensidad. Ahora el equipo está a un buen nivel aunque todavía le queda un poco, pero está ya muy próximo. El aspecto mental ha influido mucho en la cuestión física, porque notas las piernas más pesadas aunque no estén así.


-¿Es la veteranía de los jugadores un problema para aplicar esos requisitos?
-El año pasado en el Torino tenía un equipo muy veterano con una buena competencia y una buena disponibilidad. Todos se unieron y juntos lograron grandes sacrificios. Sólo así se puede salir de la situación.


-¿Palpa ahora esa circunstancia?
-No sé si ahora somos el equipo que a mí me gustaría que fuera. Desde luego, me gustaría que los jugadores fueran mucho más generosos con sus propios compañeros. A quien no esté bien hay que echarle una mano, tener claro la ayuda mutua. Uno para el otro, es lo más justo y sobre todo cuando un equipo lucha por la salvación.


-¿Tanto cuesta de alcanzar?
-Lo estoy mirando. No puedes cambiar de golpe la cabeza de todos los jugadores.


-Usted jugaba de joven como centrocampista pero para un italiano ver defender a este equipo debe ser un castigo...
-Hay que intentar cambiarlo utilizando todas las armas que haya. Es casi vital tener un punto fuerte de donde partir. Lo de Valladolid fue una etapa negativa y no tanto por el resultado en contra sino porque no dimos la prueba de carácter que hacía falta. Este equipo tiene que tratar de ir a jugar fuera de casa e intentar ganar el partido. De otra forma no se va a ninguna parte pero ni con De Biasi ni con Mourinho.


-¿Tienen de verdad carácter estos jugadores?
-Estos futbolistas tienen un poco de miedo, miedo de la situación general e incluso a veces también de los contrarios. Yo se los digo muchas veces, estamos últimos y de aquí sólo se puede subir, más abajo es imposible. Soy De Biasi y el año pasado ganaba con otro equipo. Ahora parecemos un poco pequeños con lo que queremos.


-¿Qué es lo que quiere?
-Que nos suba la autoestima y también si se puede sacar resultados. La Liga te muestra cada domingo una oportunidad nueva y cada día hay tres puntos en juego. Depende de nosotros. Si no confiamos en nuestras propias fuerzas no ganaremos nunca.


-Se acusa a este vestuario de falta de carácter...
-Si ahora te dijera sí o no, le daría una respuesta injusta porque todavía no sé si esa falta de carácter se debe a la naturaleza de los futbolistas o al momento. No lo sé realmente, ese carácter se ve en situaciones extremas. Sólo ahí se ve quién es capaz de sacarlo y quién no lo tiene.


-¿Qué buscaba fichando por el Levante? ¿Dinero? ¿Se arrepiente?
-No en eso del dinero afortunadamente no tengo necesidad. Nunca me he arrepentido. Le digo que para mí los retos más difíciles son los que más me gustan.


-¿Qué puede pasar en el supuesto de que el equipo descienda de categoría?
-En el mundo hay muchos caminos, se puede crear un programa muy válido de trabajo, un equipo joven, se puede buscar la resurrección del Levante desde otro punto de vista.


-¿Le da alguna vez vergüenza dirigir al colista?
-Para mí es un mundo del que no voy a bajarme hasta el último suspiro. Hasta que las matemáticas no digan que el Levante está muerto yo estaré aquí para intentar todo lo que esté en mis manos.